Ayer 19 de agosto de 2009 se realizó en la Sala Cinemateca Celarg la rueda de prensa del documental "Memorias del Gesto" de Andrés Agustí.
A continuación las ideas destacadas por el cineasta:
“Mi documental de antropológico tiene lo etnológico y de poética tiene lo efímero. La poética tiene que ver con que la realidad no es la realidad misma sino una fabricación. Lo poético en Memorias del gesto viene dado por la exaltación de lo pequeño, del pequeño detalle que de alguna forma contiene un universo en sí mismo. Lo efímero también es sumamente poético… pero yo ni soy poeta, ni soy antropólogo...
Las nuevas tecnologías, tal vez, son una guía para mostrar las imágenes de manera distinta y de este modo paliar el agotamiento de la imagen de la que tanto se ha hablado...
Sobre el destino del documental en Venezuela lo veo con buen futuro, así como al país. Hay muy buenas cartas como institución geográfico cultural. Por ejemplo, doy clases de documental y mis alumnos son un poco flojos pero con gran talento...
Yo trabaje con Patricia (Nani) en un taller en Quito y ella no fue alumna mía… yo fui su alumno. Uno aprende mucho de sus alumnos...
En Memorias del Gesto una de las cosas que es más evidente, como intencionalidad, sería la de relacionar sucesos y personajes que aparentemente no están relacionados, trabajar a causalidad. Sería darle a lo contingente y a lo accidental una relación especial a través de los gestos. Pero hay algo bien interesante y es que este trabajo se podría editar de muchas formas sin que sea posible dejar de narrar… esencialmente no cambiaría nada... Esto me dará pistas para mi próxima obra.
A mí me gustaría que hubiese una producción documental continua y que no se viera el documental como un hermano menor del cine. El documental, cada día más, se confunde como género con la ficción. El documental debe tener cuidado con su papel de reproducir la realidad. Realidad es la lectura que yo hago de lo que me rodea...
Mi recomendación es que un documental debe conmover, además de informar. Esta es mi recomendación a la nueva generación de documentalistas...”
Las nuevas tecnologías, tal vez, son una guía para mostrar las imágenes de manera distinta y de este modo paliar el agotamiento de la imagen de la que tanto se ha hablado...
Sobre el destino del documental en Venezuela lo veo con buen futuro, así como al país. Hay muy buenas cartas como institución geográfico cultural. Por ejemplo, doy clases de documental y mis alumnos son un poco flojos pero con gran talento...
Yo trabaje con Patricia (Nani) en un taller en Quito y ella no fue alumna mía… yo fui su alumno. Uno aprende mucho de sus alumnos...
En Memorias del Gesto una de las cosas que es más evidente, como intencionalidad, sería la de relacionar sucesos y personajes que aparentemente no están relacionados, trabajar a causalidad. Sería darle a lo contingente y a lo accidental una relación especial a través de los gestos. Pero hay algo bien interesante y es que este trabajo se podría editar de muchas formas sin que sea posible dejar de narrar… esencialmente no cambiaría nada... Esto me dará pistas para mi próxima obra.
A mí me gustaría que hubiese una producción documental continua y que no se viera el documental como un hermano menor del cine. El documental, cada día más, se confunde como género con la ficción. El documental debe tener cuidado con su papel de reproducir la realidad. Realidad es la lectura que yo hago de lo que me rodea...
Mi recomendación es que un documental debe conmover, además de informar. Esta es mi recomendación a la nueva generación de documentalistas...”
Sinopsis
“Memorias del gesto” es una mirada accidental sobre la gestualidad, como expresión de un aspecto del proceso civilizatorio de un país del continente americano, un país asomado al Caribe y montado entre los Andes y la selva amazónica, pleno de mezclas y contrastes: Venezuela. Como la parte ostensible del iceberg, la gestualidad es la porción patente del inmenso territorio del inconsciente colectivo, seña de identificación cómplice con el otro, más allá de lo racional, expresión de lo social encarnado en lo individual, donde a la manera del geólogo, podemos localizar capas de significación muy antigua. Frente a esa inmensa variedad de información que se desprende de lo no verbal, dirigimos con precisión nuestra mirada, dotándola de sentido, hacia las gestualidades de la cotidianidad, en dos paisajes geográficos y espirituales bien diferenciados: lo rural y lo urbano, expresadas en la emocionalidad de lo religioso, lo festivo y en las actividades de producción de bienes y obtención del sustento, en el marco del diario ir y venir, siempre vinculadas a un espacio y a una temporalidad discretas.
Venezuela parece tener el ritmo de urbanización más alto de América Latina; según proyecciones de la Oficina Central de Estadística e Informática, ya desde 1997 somos, demográficamente hablando, el país más urbanizado de América Latina, con un 90% de población urbana.
Nuestra transición de país agrícola a país petrolero está lejos de terminarse, coexisten en nuestro entorno temporalidades y gestualidades del neolítico, al lado de las sofisticadas conductas del ciudadano de la polis.
En nuestro discurso mostraremos este proceso en sus contrastes y sus variaciones intermedias, absteniéndonos de emitir un juicio moral, permitiendo a cada espectador que formule su opinión sobre el tema, a partir de sus experiencias.
“Memorias del gesto” es una mirada accidental sobre la gestualidad, como expresión de un aspecto del proceso civilizatorio de un país del continente americano, un país asomado al Caribe y montado entre los Andes y la selva amazónica, pleno de mezclas y contrastes: Venezuela. Como la parte ostensible del iceberg, la gestualidad es la porción patente del inmenso territorio del inconsciente colectivo, seña de identificación cómplice con el otro, más allá de lo racional, expresión de lo social encarnado en lo individual, donde a la manera del geólogo, podemos localizar capas de significación muy antigua. Frente a esa inmensa variedad de información que se desprende de lo no verbal, dirigimos con precisión nuestra mirada, dotándola de sentido, hacia las gestualidades de la cotidianidad, en dos paisajes geográficos y espirituales bien diferenciados: lo rural y lo urbano, expresadas en la emocionalidad de lo religioso, lo festivo y en las actividades de producción de bienes y obtención del sustento, en el marco del diario ir y venir, siempre vinculadas a un espacio y a una temporalidad discretas.
Venezuela parece tener el ritmo de urbanización más alto de América Latina; según proyecciones de la Oficina Central de Estadística e Informática, ya desde 1997 somos, demográficamente hablando, el país más urbanizado de América Latina, con un 90% de población urbana.
Nuestra transición de país agrícola a país petrolero está lejos de terminarse, coexisten en nuestro entorno temporalidades y gestualidades del neolítico, al lado de las sofisticadas conductas del ciudadano de la polis.
En nuestro discurso mostraremos este proceso en sus contrastes y sus variaciones intermedias, absteniéndonos de emitir un juicio moral, permitiendo a cada espectador que formule su opinión sobre el tema, a partir de sus experiencias.
Sinopsis tomada del Press Kit "Memorias del Gesto" de Andrés Agustí. Venezuela 2009.
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