domingo, 17 de enero de 2010

Carlos Castillo: "Reverón uso la luz y el cine es la luz"

CASTILLO

Carlos Castillo e Isabel Arredondo
Castillo
Carlos Castillo, exponiendo sus ideas sobre súper ocho

Desde el 11 de enero de 2010 se ha venido desarrollando en la UCV "El cine súper ocho venezolano: historia y análisis", curso de ampliación facilitado por Isabel Arredondo (PhD), quien ha dirigido de manera amena, pero seria, una posible historia del súper ocho en Venezuela. Se ha contado con la presencia de diferentes invitados, entre los cuales puede mencionarse Carlos Castillo.

Compartir cara a cara con Castillo es imaginarse a Reverón, es conectarse con una generación de súper-ocheros que nuestra generación no conoce.
Castillo lideró, lo que Arredondo ha denominado, la segunda etapa del Festival Internacional de Cine Súper Ocho en Caracas (1982 -1989). En este período se hace énfasis en el eje nacional en contraste con la primera etapa (1976-1981) donde existe una clara influencia de la vanguardia neoyorkina.
En 1985 Castillo abre el Festival al vídeo y en palabras de él mismo: "...el nacimiento del vídeo clip es el súper ocho".
Para la Dra. Arredondo: "...Castillo puede pensarse como cine cine, no como Rísquez o Zerpa que puede pensarse en performance..."
Para Castillo existe una gran conexión entre Armando Reverón y el cine. "Reverón usó la luz y el cine es la luz...". Esta idea la expresa claramente en un performance homenaje a Reverón que han denominado "Presencia y Ausencia", donde hace uso del detalle de la mano zurda, con la cual pintaba el artista, y un espejo. Todo en proyección sobre un cuadro blanco.
Carlos Castillo al igual que otros súper-ocheros es un artista integral. Comenzó con la escultura y el diseño, luego pasó a la fotografía y al cine, posteriormente al arte conceptual. Son las acciones en vivo las que están registradas en súper ocho, más no los performances.

Reseñó: José Alirio Peña

1 comentario:

Dalia Jaén dijo...

Carlos Castillo, excelente escuyltor y artista de medios mixtos, sobre todo el performance "No hay mar que por bien no venga" (1988), en homenaje al gran pintor "Armando Reverón" donde integra el cine y la pintura.