Este miércoles 22 de julio se presentó a la prensa el largometraje "Libertador Morales, El Justiciero", en la sala 9 de Cines Unidos El Márqués. Contó con la presencia de la directora Efterpi Charalambidis y gran parte del equipo técnico y actoral. Entre los medios televisivos estuvieron Televen, La Tele y Ávila Tv.
Charalambidis, previo a proyectarse la película, agradeció a todo el equipo de trabajo y en un gesto de humildad invocó todas las energías positivas para iniciar una buena temporada cinematográfica. Recordemos que su película es el primer estreno de la Fundación Villa del Cine durante este año 2009 .
"Libertador Morales, El Justiciero" se estrenará en salas de cines el 31 de julio.
Sinopsis
De día Libertador Morales es un correcto mototaxista caraqueño, aficionado al respeto de las normas ciudadanas y a las frases célebres de Simón Bolívar. De noche, tras un atuendo negro y una moto veloz, se transforma en El Justiciero, luchando contra el crimen de la comunidad.
Elenco: Personaje (actor)
Libertador Morales (Rafael Gil), Daisy Gutiérrez (Alba Vallvé), Chaparro (Yugui López), Doña Luisa (Dilia Waikkarán), Simón (José Manuel Suárez), Palo de Agua (Alberto “Paisa” González), Linares (Jean Polanco), Boca ‘e Ferry (Adolfo Nittoli), Araña (Armando Lozada), Leo (Marco Antonio Suniaga), Junior (Osman Miranda), Romero (Marco Antonio Alcalá), Rocío (Yúlika Krausz), De Sousa (José Duarte), Rita (Betty De Castro), Vega (Javier Mogrovejo), Alirio (Trino Rojas), Samir (Elías Hayek), Vecina chavista (Sandra I. Corrales), Vecina escuálida (Verónica Arellano), Leticia (Samantha Castillo), Alfonso (Daniel Rodríguez), Carla (Susana Benavides), Sebastián (Alexis Farías), Pasajero impaciente (Freddy Buitrago), Irma (Aseret Prado), Dartañán (Edgar Gómez).
Sobre Efterpi Charalambidis (Directora)
Efterpi Charalambidis obtuvo su título de maestría en cine en la Universidad de Columbia en Nueva York en el año 2002. Es, además, Licenciada en Comunicación Social, graduada en la Universidad Central de Venezuela. Como actriz, se formó y trabajó en el TNJ (Teatro Nacional Juvenil) y en el TET (Taller Experimental de Teatro), y como directora teatral trabajó durante tres años en el Centro Cultural Griego de Nueva York. Ha escrito y dirigido cortometrajes de producción independiente, entre ellos, Niko’s Restaurant, filmado en Nueva York, el cual obtuvo premios a la edición y al mejor actor en el Festival de Columbia University en el año 2001. Su segundo cortometraje, El Chancecito, se filmó en Caracas y se estrenó en el 2003 en Estados Unidos, donde fue galardonado por la distribuidora New Line Cinema con el premio a la mejor dirección y por el canal de televisión Lifetime Television con el premio a la mejor directora. El Chancecito se exhibió en salas de Cines Unidos en Venezuela en el 2004, a raíz de convertirse en uno de los ganadores del Concurso de Cortos de Cines Unidos y Fox Latino. Ganó el Premio a la Calidad del CNAC (Mejor Dirección, Mejor Cortometraje de Ficción), Premio Municipal de Cine (Mejor Dirección y Mejor Fotografía), Premio de la ANAC (Mejor Música, Arte, Actriz Secundaria, Actor y Actriz Principal) y otros premios en festivales internacionales. Ha dirigido varios documentales y cortometrajes y el unitario Bolívar eterno, ciudadano de la libertad para la Fundación Villa del Cine.
Filmografía de Efterpi Charalambidis:
- Grifo, animación con plastilina, 30 seg., video, 1991
- Niko’s Restaurant, ficción, 22 min., 16 mm, USA, 2001
- El Chancecito, ficción, 22 min., 35 mm, Venezuela, 2004
- Todos los niños somos iguales, documental, 25 min., video, 2006
- Vengo a recitarles, documental, 20 min., video, 2006
- Serie El Pueblo es la Cultura, 15 micros documentales, video, 2006
- Derecho Laboral (aka "El Colchón"), Serie Historias Mínimas, ficción, 17 min., HDV, 2006
- Dulce de Lechoza (aka "El Llano"), Serie Historias Mínimas, ficción, 18 min., HDV, 2006
- Bolívar eterno, ciudadano de la libertad, unitario para TV, 40 min., HD, 2007
- Libertador Morales, el justiciero, ficción, 145 min., 35 mm, 2008
Anécdotas
“Va a llover… Va a llover…”
Libertador Morales se desarrolla, según la trama, en los meses de febrero y marzo, alrededor de la época de carnaval, que es usualmente el período de sequía de nuestro privilegiado clima tropical. Es por eso que nadie le cree al personaje Palo de Agua, el latero del vecindario, cuando éste repite la frase “Va a llover, va a llover”, la cual parece indicar un simple hábito o desvarío, pero sugiere a su vez la inminencia de una premonición.
Irónicamente, la producción estuvo sesgada – o anegada, mejor dicho – por constantes precipitaciones. La lluvia fue el obstáculo inflexible que más atentó contra el delicado tiempo de las pautas, contra el presupuesto y contra nuestra paz mental. Había que rediseñar constantemente el plan de rodaje, suspender pautas y tener que volver a las locaciones hasta tres veces para terminar de rodar una escena. Todo esto requiere doble trabajo de racord, adaptación de planos, tiempo adicional de rodaje y una fuerza extra para mantener el ánimo.
Imaginen por un momento a 60 personas, entre equipo técnico y actores, llegando a la locación. Los actores se preparan en manos de la maquilladora y de la vestuarista, los técnicos lanzan cables, montan luces, pesados rieles, máquinas, cámara, los chicos de arte montan los detalles de la escenografía, traen y preparan las motos, asistentes de producción cierran calles, controlan todo… Luego de dos horas, los actores ya están en el set y estamos listos para rodar, la claqueta está frente a la cámara, el sonido rueda y justo antes de dar la voz de “acción”, empieza a llover. Pandemónium. El camarógrafo pide a gritos un cobertor para la cámara, los actores corren a resguardar su maquillaje y vestuario bajo el paraguas, los eléctricos corren para tapar y desmontar luces, los de arte se encaraman sobre las paredes para desmontar la utilería antes de que se moje irremediablemente, todo el mundo corre para proteger los equipos del daño del agua. En menos de dos minutos estamos todos apretujados, recogidos, silenciosos, viendo la lluvia caer y el tiempo pasar. Para cuando escampe, las calles y las paredes estarán mojadas, y el sonido de pasos y ruedas sobre un pavimento mojado delatará que ha llovido. Nada de esto funciona para nuestra historia, nada de esto denota
época de carnaval, y ahora sí le creemos a Palo de Agua. Claro, estábamos rodando durante los meses de julio y agosto, ¡que son precisamente los meses de lluvia! Fue una lucha desigual con la naturaleza, y es quizás la experiencia que más retó nuestra motivación, integridad, eficiencia y compromiso (Efterpi Charalambidis).
Paralelismo
Estábamos en la fachada del Palacio de Justicia con todo el equipo técnico trabajando, alrededor de 30 actores y otros 30 extras. La acción consistía en una manifestación, donde vecinos y mototaxistas protestaban por la libertad del Justiciero. Los actores y extras cargaban pancartas y gritaban consignas de protesta. En ese momento ocurrió lo imponderable: llegó un grupo de estudiantes para protestar por la libertad de unos estudiantes detenidos. Aquello se transformó en un caos de manifestaciones. No podíamos grabar, así que negociamos con los estudiantes una especie de “uno por uno”: una vez gritan ustedes y la otra gritamos nosotros. Acordamos que, desde el momento en que nosotros diéramos la voz de acción y hasta que diéramos la voz de corte, ellos no emitirían grito alguno, de manera tal que pudiéramos completar la toma tal y como lo requería la película. Una vez que yo dijera corte, ellos seguirían con su protesta. Obviamente, este “uno por uno” funcionó para un par de tomas, porque aquello iba en contra de la naturaleza misma de una manifestación, y los estudiantes pronto dijeron “a la porra con estos cineastas, nosotros vinimos a protestar” y empezaron a gritar “¡No es ficción, es realidad!” sin importar si yo decía acción o corte. Luego de varios intentos de producción para acallar la protesta de estas personas, logramos, con la última luz del sol, rodar el momento de la escena en que Libertador Morales es liberado y todos salen a cargarlo y abrazarlo pegando gritos de alegría. Justo cuando di la voz de corte, detrás de Libertador aparecieron los estudiantes liberados y todos los manifestantes salieron a hacer exactamente lo que acababa de recrearse en la ficción: salieron a abrazarlos y cargarlos pegando gritos de alegría. Habíamos terminado nuestro día de rodaje. Había terminado la misión de aquella manifestación. La realidad y la ficción se reflejaban mutuamente en este paralelismo inesperado (Efterpi Charalambidis)
Información tomada de: Dossier Libertador Morales, en: Libertador Morales, El Justiciero. Un mototaxista diferente (DVD suministrado a los diferentes medios de comunicación).
Filmografía de Efterpi Charalambidis:
- Grifo, animación con plastilina, 30 seg., video, 1991
- Niko’s Restaurant, ficción, 22 min., 16 mm, USA, 2001
- El Chancecito, ficción, 22 min., 35 mm, Venezuela, 2004
- Todos los niños somos iguales, documental, 25 min., video, 2006
- Vengo a recitarles, documental, 20 min., video, 2006
- Serie El Pueblo es la Cultura, 15 micros documentales, video, 2006
- Derecho Laboral (aka "El Colchón"), Serie Historias Mínimas, ficción, 17 min., HDV, 2006
- Dulce de Lechoza (aka "El Llano"), Serie Historias Mínimas, ficción, 18 min., HDV, 2006
- Bolívar eterno, ciudadano de la libertad, unitario para TV, 40 min., HD, 2007
- Libertador Morales, el justiciero, ficción, 145 min., 35 mm, 2008
Anécdotas
“Va a llover… Va a llover…”
Libertador Morales se desarrolla, según la trama, en los meses de febrero y marzo, alrededor de la época de carnaval, que es usualmente el período de sequía de nuestro privilegiado clima tropical. Es por eso que nadie le cree al personaje Palo de Agua, el latero del vecindario, cuando éste repite la frase “Va a llover, va a llover”, la cual parece indicar un simple hábito o desvarío, pero sugiere a su vez la inminencia de una premonición.
Irónicamente, la producción estuvo sesgada – o anegada, mejor dicho – por constantes precipitaciones. La lluvia fue el obstáculo inflexible que más atentó contra el delicado tiempo de las pautas, contra el presupuesto y contra nuestra paz mental. Había que rediseñar constantemente el plan de rodaje, suspender pautas y tener que volver a las locaciones hasta tres veces para terminar de rodar una escena. Todo esto requiere doble trabajo de racord, adaptación de planos, tiempo adicional de rodaje y una fuerza extra para mantener el ánimo.
Imaginen por un momento a 60 personas, entre equipo técnico y actores, llegando a la locación. Los actores se preparan en manos de la maquilladora y de la vestuarista, los técnicos lanzan cables, montan luces, pesados rieles, máquinas, cámara, los chicos de arte montan los detalles de la escenografía, traen y preparan las motos, asistentes de producción cierran calles, controlan todo… Luego de dos horas, los actores ya están en el set y estamos listos para rodar, la claqueta está frente a la cámara, el sonido rueda y justo antes de dar la voz de “acción”, empieza a llover. Pandemónium. El camarógrafo pide a gritos un cobertor para la cámara, los actores corren a resguardar su maquillaje y vestuario bajo el paraguas, los eléctricos corren para tapar y desmontar luces, los de arte se encaraman sobre las paredes para desmontar la utilería antes de que se moje irremediablemente, todo el mundo corre para proteger los equipos del daño del agua. En menos de dos minutos estamos todos apretujados, recogidos, silenciosos, viendo la lluvia caer y el tiempo pasar. Para cuando escampe, las calles y las paredes estarán mojadas, y el sonido de pasos y ruedas sobre un pavimento mojado delatará que ha llovido. Nada de esto funciona para nuestra historia, nada de esto denota
época de carnaval, y ahora sí le creemos a Palo de Agua. Claro, estábamos rodando durante los meses de julio y agosto, ¡que son precisamente los meses de lluvia! Fue una lucha desigual con la naturaleza, y es quizás la experiencia que más retó nuestra motivación, integridad, eficiencia y compromiso (Efterpi Charalambidis).
Paralelismo
Estábamos en la fachada del Palacio de Justicia con todo el equipo técnico trabajando, alrededor de 30 actores y otros 30 extras. La acción consistía en una manifestación, donde vecinos y mototaxistas protestaban por la libertad del Justiciero. Los actores y extras cargaban pancartas y gritaban consignas de protesta. En ese momento ocurrió lo imponderable: llegó un grupo de estudiantes para protestar por la libertad de unos estudiantes detenidos. Aquello se transformó en un caos de manifestaciones. No podíamos grabar, así que negociamos con los estudiantes una especie de “uno por uno”: una vez gritan ustedes y la otra gritamos nosotros. Acordamos que, desde el momento en que nosotros diéramos la voz de acción y hasta que diéramos la voz de corte, ellos no emitirían grito alguno, de manera tal que pudiéramos completar la toma tal y como lo requería la película. Una vez que yo dijera corte, ellos seguirían con su protesta. Obviamente, este “uno por uno” funcionó para un par de tomas, porque aquello iba en contra de la naturaleza misma de una manifestación, y los estudiantes pronto dijeron “a la porra con estos cineastas, nosotros vinimos a protestar” y empezaron a gritar “¡No es ficción, es realidad!” sin importar si yo decía acción o corte. Luego de varios intentos de producción para acallar la protesta de estas personas, logramos, con la última luz del sol, rodar el momento de la escena en que Libertador Morales es liberado y todos salen a cargarlo y abrazarlo pegando gritos de alegría. Justo cuando di la voz de corte, detrás de Libertador aparecieron los estudiantes liberados y todos los manifestantes salieron a hacer exactamente lo que acababa de recrearse en la ficción: salieron a abrazarlos y cargarlos pegando gritos de alegría. Habíamos terminado nuestro día de rodaje. Había terminado la misión de aquella manifestación. La realidad y la ficción se reflejaban mutuamente en este paralelismo inesperado (Efterpi Charalambidis)
Información tomada de: Dossier Libertador Morales, en: Libertador Morales, El Justiciero. Un mototaxista diferente (DVD suministrado a los diferentes medios de comunicación).
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